Jeremías  23, 13-32

En los profetas de Samaría
he observado una locura:
profetizaban por Baal
y hacían errar a mi pueblo Israel.
Mas en los profetas de Jerusalén
he observado una monstruosidad:
fornicar y proceder con falsía,
dándose la mano con los malhechores,
sin volverse cada cual de su malicia.
Se me han vuelto todos ellos cual Sodoma,
y los habitantes de la ciudad, cual Gomorra.
Por tanto, así dice Yahvé Sebaot tocante a los profetas:
Voy a darles de comer ajenjo,
y de beber, agua emponzoñada.
Porque a partir de los profetas de Jerusalén
se ha propagado la impiedad por toda la tierra.
Así dice Yahvé Sebaot:
No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan.
Os están embaucando.
Os cuentan sus propias fantasías,
no cosa de boca de Yahvé.
Dicen a los que me desprecian: «Yahvé dice: ¡Paz tendréis!»
y a todo el que camina en terquedad de corazón:
«No os sucederá nada malo.»
(Porque ¿quién asistió al consejo de Yahvé y vio y oyó su palabra?, ¿quién escuchó su palabra y la ha oído?)
Mirad que una tormenta de Yahvé, su ira, ha estallado,
un torbellino remolinea,
sobre la cabeza de los malos descarga.
No ha de apaciguarse la ira de Yahvé
hasta que la ejecute, y realice
los designios de su corazón.
En días futuros os percataréis de ello.
Yo no envié a esos profetas,
y ellos corrieron.
No les hablé,
y ellos profetizaron.
Pues si asistieron a mi consejo,
hagan oír mi palabra a mi pueblo,
y háganle tornar de su mal camino
y de sus acciones malas.
¿Soy yo un Dios sólo de cerca —oráculo de Yahvé—
y no soy Dios de lejos?
¿O se esconderá alguno en escondite donde yo no le vea? —oráculo de Yahvé—.
¿Los cielos y la tierra
no los lleno yo? —oráculo de Yahvé—.
Ya he oído lo que dicen esos profetas que profetizan falsamente en mi nombre diciendo: «¡He tenido un sueño, he tenido un sueño!» ¿Hasta cuándo va a durar esto en el corazón de los profetas que profetizan en falso y son profetas de la impostura de su corazón?, ¿los que piensan hacer olvidarse a mi pueblo de mi Nombre por los sueños que se cuentan cada cual a su vecino, como olvidaron sus padres mi Nombre por Baal? Profeta que tenga un sueño, cuente un sueño, y el que tenga consigo mi palabra, que hable mi palabra fielmente.
¿Qué tiene que ver la paja con el grano? —oráculo de Yahvé—.
¿No es así mi palabra, como el fuego, y como un martillo golpea la peña?
Pues bien, aquí estoy yo contra los profetas —oráculo de Yahvé— que se roban mis palabras el uno al otro. Aquí estoy yo contra los profetas —oráculo de Yahvé— que usan de su lengua y emiten oráculo. Aquí estoy yo contra los profetas que profetizan falsos sueños —oráculo de Yahvé— y los cuentan, y hacen errar a mi pueblo con sus falsedades y su presunción, cuando yo ni los he enviado ni dado órdenes, y ellos de ningún provecho han sido para este pueblo —oráculo de Yahvé—.
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