Jonás 2, 6-8

Las aguas me asfixiaban el aliento,
el abismo me envolvía,
las algas enredaban mi cabeza.
Bajé hasta los cimientos de los montes,
la tierra se cerró para siempre sobre mí.
Pero tú sacaste mi vida de la tumba,
Yahvé, Dios mío.
Cuando mi aliento desfallecía
me acordé de Yahvé
y mi oración llegó hasta ti,
hasta tu santo templo.
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