Genesis 20, 4-6

Abimélec, que no se había acercado a ella, dijo: «Señor, ¿es que asesinas a la gente aunque sea honrada? ¿No me dijo él que ella era su hermana, y ella que él era su hermano? Con corazón íntegro y con manos limpias he procedido.» Le dijo Dios en el sueño: «También yo sé que has procedido con corazón íntegro, como que yo mismo te he estorbado de faltar contra mí. Por eso no te he dejado tocarla.
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