Genesis 30, 13-16

y dijo Lía: «¡Feliz de mí!, pues me felicitarán las demás.» Y le llamó Aser. Una vez, durante siega del trigo, fue Rubén al campo y encontró unas mandrágoras*, que trajo a su madre Lía. Dijo Raquel a Lía: «¿Quieres darme las mandrágoras de tu hijo?» Le respondió: «¿Es poco haberte llevado mi marido, que encima vas a llevarte las mandrágoras de mi hijo?» Dijo Raquel: «Sea: que se acueste contigo Jacob esta noche a cambio de las mandrágoras de tu hijo.» A la tarde, cuando Jacob volvió del campo, salió Lía a su encuentro y le dijo: «Tienes que venir conmigo, porque he pagado por ti unas mandrágoras de mi hijo.» Jacob se acostó con ella aquella noche.
Ver contexto