I Corintios 3, 4-11

Cuando dice uno: «Yo soy de Pablo», y otro: «Yo soy de Apolo», ¿no estáis procediendo según criterios humanos? ¿Quién es, pues, Apolo? ¿Y quién es Pablo?... ¡Servidores, por medio de los cuales habéis creído! Cada uno trabajó según el designio del Señor: yo planté y Apolo regó, mas fue Dios quien proporcionó el crecimiento. De modo que el que planta y el que riega nada son, sino Dios, que proporciona el crecimiento. Además el que planta y el que riega son una misma cosa, si bien cada cual recibirá el salario según su propio trabajo. Nosotros somos colaboradores de Dios*, y vosotros, el campo que Dios cultiva, el edificio que Dios construye. Conforme a la tarea que Dios me confió, yo, como buen arquitecto, puse los cimientos, y otro construye sobre ellos. ¡Pero que cada cual mire cómo construye! Pues nadie puede poner otros cimientos que los ya puestos: Jesucristo.
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