II Reyes  21, 19-26

Amón tenía veintidós años cuando comenzó a reinar, y reinó dos años en Jerusalén. Su madre se llamaba Mesulémet, y era hija de Jarús de Yotbá. Hizo lo que Yahvé detesta, como su padre Manasés. Siguió en todo los pasos de su padre, dando culto a los ídolos a los que su padre había adorado y postrándose ante ellos. Abandonó a Yahvé, Dios de sus antepasados, y no siguió sus directrices. Los siervos de Amón conspiraron contra él y lo mataron en su palacio. Pero el pueblo de la tierra* mató a todos los que habían conspirado contra el rey Amón, y el pueblo del país proclamó rey sucesor a su hijo Josías. El resto de los hechos de Amón, cuanto hizo, está escrito, como se sabe, en el Libro de los Anales de los reyes de Judá. Lo enterraron en su sepulcro, en el jardín de Uzá. Le sucedió en el trono su hijo Josías.
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