Apocalipsis  16, 18-19

Se produjeron relámpagos, estruendo, truenos y un violento terremoto, tan terrible como no lo había habido desde que existen hombres sobre la tierra. La gran Ciudad se abrió en tres partes, y las ciudades de las naciones se desplomaron. Y Dios se acordó de la gran Babilonia para darle la copa del vino del furor de su ira.
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