Deuteronomio  8, 17-18

No digas para tus adentros: «Con mi propia fuerza y el poder de mi mano me he creado esta riqueza», sino acuérdate de Yahvé tu Dios, que es quien te da la fuerza necesaria para crear la riqueza, cumpliendo así la alianza que prometió a tus padres bajo juramento, como lo hace hoy.
Ver contexto