Efesios  2, 13-22

Mas ahora, en Cristo Jesús, vosotros, los que en otro tiempo estabais lejos, habéis llegado a estar cerca por la sangre de Cristo*. Porque él es nuestra paz: el que de los dos pueblos hizo uno*, derribando el muro divisorio, la enemistad*, y anulando en su carne la Ley con sus mandamientos y sus decretos, para crear en sí mismo, de los dos, un solo Hombre Nuevo*. De este modo, hizo las paces y reconcilió con Dios a ambos en un solo cuerpo*, por medio de la cruz, dando en sí mismo muerte a la Enemistad. Vino* a anunciar la paz: paz a vosotros que estabais lejos, y paz a los que estaban cerca. Por él, unos y otros tenemos libre acceso al Padre en un mismo Espíritu*. Así pues*, ya no sois extraños ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y familiares de Dios, edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas*. Y la piedra angular es Cristo mismo, en quien toda* edificación bien trabada se eleva hasta formar un templo santo en el Señor, en quien también vosotros con ellos estáis siendo edificados, para ser morada de Dios mediante el Espíritu.
Ver contexto