Genesis 1, 14-18

Dijo Dios: «Haya luceros en el firmamento celeste, para separar el día de la noche, y sirvan de señales para solemnidades, días y años; sirvan también de luceros en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra.» Y así fue. Hizo Dios los dos luceros mayores*; el lucero grande para regir el día y el lucero pequeño para regir la noche, y las estrellas; y los puso Dios en el firmamento celeste para alumbrar la tierra, para regir el día y la noche y para separar la luz de la oscuridad; y vio Dios que estaba bien.
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