Jeremías  22, 20-23

Sube al Líbano y clama, da voces por Basán y clama desde Abarín*, porque han sido quebrantados todos tus amantes*. Te hablé en tu prosperidad, pero dijiste: «No oigo.» Tal ha sido tu costumbre desde tu mocedad: nunca escuchaste mi voz. A todos tus pastores los pastoreará el viento, y tus amantes cautivos irán. Entonces sí que estarás avergonzada y confusa por toda tu malicia. Tú, que te asentabas en el Líbano, que anidabas en los cedros, ¡cómo suspirarás* cuando te vengan los dolores, un trance como de parturienta!
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