Josué 24, 16-24

El pueblo respondió: «Lejos de nosotros abandonar a Yahvé para servir a otros dioses. Porque Yahvé nuestro Dios es el que nos hizo subir, a nosotros y a nuestros padres, de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre, y el que delante de nuestros ojos obró tan grandes señales y nos guardó por todas las rutas que recorrimos y en todos los pueblos por los que pasamos. Además Yahvé expulsó delante de nosotros a todos esos pueblos y a los amorreos que habitaban en el país. También nosotros serviremos a Yahvé, porque él es nuestro Dios.» Entonces Josué dijo al pueblo: «No podréis servir a Yahvé, porque es un Dios santo, un Dios celoso, que no perdonará ni vuestras rebeldías ni vuestros pecados. Si abandonáis a Yahvé para servir a los dioses del extranjero, él a su vez traerá el mal sobre vosotros y acabará con vosotros, después de haberos hecho tanto bien.» El pueblo respondió a Josué: «No; nosotros serviremos a Yahvé.» Josué dijo al pueblo: «Vosotros sois testigos contra vosotros mismos de que habéis elegido a Yahvé para servirle.» Respondieron ellos: «¡Testigos somos!» «Entonces, quitad de en medio los dioses del extranjero e inclinad vuestro corazón hacia Yahvé, Dios de Israel.» El pueblo respondió a Josué: «A Yahvé nuestro Dios serviremos y a su voz atenderemos.»
Ver contexto