Josué 9, 3-14

Pero los habitantes de Gabaón se enteraron de lo que había hecho Josué con Jericó y Ay, y recurrieron por su parte a la astucia. Fueron y se proveyeron de víveres*, tomaron alforjas viejas para sus asnos y odres de vino viejos, rotos y recosidos; calzaban sandalias viejas y remendadas y vestían ropa ajada. Todo el pan que llevaban para su alimento era seco y hecho migajas. Fueron donde Josué, al campamento de Guilgal, y le dijeron a él y a los hombres de Israel: «Venimos de un país lejano: haced, pues, alianza con nosotros.» Los hombres de Israel respondieron a aquellos jivitas: «¿No será que habitáis en medio de nosotros? En tal caso no podemos hacer alianza con vosotros.» Respondieron a Josué: «Nosotros somos tus siervos.» Josué les dijo: «¿Quiénes sois y de dónde venís?» Le respondieron: «De muy lejana tierra vienen tus siervos, por la fama de Yahvé tu Dios, pues hemos oído hablar de él, de todo lo que ha hecho en Egipto y de todo lo que ha hecho con los dos reyes amorreos del otro lado del Jordán, Sijón, rey de Jesbón, y Og, rey de Basán, que vivía en Astarot. Y nos han dicho nuestros ancianos y todos los habitantes de nuestra tierra: «Tomad en vuestras manos provisiones para el viaje, id a su encuentro y decidles: Siervos vuestros somos: haced, pues, alianza con nosotros. Este pan que traemos estaba caliente cuando hicimos provisión de él en nuestras casas para el viaje, el día en que partimos para venir a vuestro encuentro. Y miradlo ahora: duro o hecho migajas. Estos odres de vino, nuevos cuando los llenamos, se han roto; nuestras sandalias y nuestros vestidos están gastados por lo largo del camino.» Los notables* hicieron aprecio de las provisiones de ellos sin haber consultado el oráculo de Yahvé.
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