Juan  19, 18-24

Allí crucificaron a Jesús, junto con otros dos, uno a cada lado de él. Pilato redactó también una inscripción y la puso sobre la cruz. Lo escrito decía así: «Jesús el Nazareno, el rey de los judíos.» Esta inscripción, que estaba escrita en hebreo, latín y griego, la leyeron muchos judíos, porque el lugar donde había sido crucificado Jesús estaba cerca de la ciudad. Los sumos sacerdotes de los judíos dijeron a Pilato: «No escribas ‘El rey de los judíos’, sino ‘Éste ha dicho: Yo soy rey de los judíos’.» Pilato respondió: «Lo que he escrito, escrito está.» Los soldados, después de crucificar a Jesús, tomaron sus vestidos e hicieron con ellos cuatro lotes, uno para cada soldado. Tomaron también la túnica, que no tenía costura*; estaba tejida de una pieza de arriba abajo. Por eso se dijeron: «Mejor no romperla; echemos a suertes, a ver a quién le toca.» Para que se cumpliera la Escritura: Se han repartido mis vestidos, han echado a suertes mi túnica. Y esto es lo que hicieron los soldados.
Ver contexto