Marcos 10, 32-34

Iban de camino, subiendo a Jerusalén, y Jesús marchaba delante. Ellos estaban sorprendidos, y los que le seguían tenían miedo. Tomó otra vez a los Doce y comenzó a decirles lo que le iba a suceder: «Ya veis que subimos a Jerusalén, donde el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas. Lo condenarán a muerte y lo entregarán a los paganos; se burlarán de él, le escupirán, le azotarán y lo matarán. Pero a los tres días resucitará.»
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