Salmos 44, 18-23

[[19]] No se habían retractado nuestros corazones, ni habían dejado nuestros pasos tu sendero, [[20]] pero nos aplastaste en guarida de chacales* nos cubriste con la sombra de la muerte. [[21]] Si hubiésemos olvidado el nombre de nuestro Dios o alzado nuestras manos* a un dios extranjero, [[22]] ¿no se habría dado cuenta Dios, que conoce los secretos del corazón? [[23]] Pero por ti nos matan cada día, nos tratan como a ovejas de matadero*. [[24]] ¡Despierta ya! ¿Por qué duermes, Señor? ¡Levántate, no nos rechaces para siempre!
Ver contexto