II Corintios 11, 23-29

¿Que son ministros de Cristo? – hablo como demente– , yo lo soy más que ellos. Les gano en fatigas, les gano en prisiones, aún más en golpes, con frecuencia estuve al borde de la muerte. Cinco veces fui azotado por los judíos con los treinta y nueve golpes, tres veces me azotaron con varas, una vez me apedrearon; tres veces naufragué y pasé un día y una noche en alta mar. Cuántos viajes, con peligros de ríos, peligros de asaltantes, peligros de parte de mis compatriotas, peligros de parte de los extranjeros, peligros en ciudades, peligros en descampado, peligros en el mar, peligros por falsos hermanos. Con fatiga y angustia, sin dormir muchas noches, con hambre y con sed, en frecuentes ayunos, con frío y sin ropa. Y además de éstas y otras cosas, pesa sobre mí la carga cotidiana, la preocupación por todas las Iglesias. ¿Alguien enferma sin que yo enferme? ¿Alguien cae sin que a mí me dé fiebre?
Ver contexto