Amos  7, 1-9


Visiones
Éx 32,7-14; Nm 14,11-19

Tres primeras visiones
Esto me mostró el Señor: Preparaba langostas cuando comenzaba a crecer la hierba – la hierba que brota después de la que se corta para el rey– ; y cuando ellas terminaron de devorar la hierba del país, yo dije: Señor, perdona: ¿cómo podrá resistir Jacob si es tan pequeño? Con esto se compadeció el Señor, y dijo: No sucederá. Esto me mostró el Señor: El Señor citaba al fuego para juzgar, un fuego que devoraba el gran Océano y devoraba los campos: Yo dije: ¡Basta, Señor, por favor!, ¿cómo podrá resistir Jacob si es tan pequeño? Con esto se compadeció el Señor, y dijo: Tampoco esto sucederá. Esto me mostró el Señor: Estaba de pie junto al muro con una plomada de albañil en la mano. El Señor me preguntó: –¿Qué ves, Amós? Respondí: – Una plomada de albañil. Me explicó: – Voy a tirar la plomada en medio de mi pueblo, Israel; ya no volveré a perdonarlo; quedarán desoladas las lomas de Isaac, arruinados los santuarios de Jacob; empuñaré la espada contra la dinastía de Jeroboán.
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