Deuteronomio  12, 4-14

»Al Señor, su Dios, no le darán culto de esa manera. Irán a buscarlo al lugar que él elija entre todas las tribus, para constituirlo morada de su Nombre. Allí ofrecerán sus holocaustos y sacrificios: los diezmos, votos y ofrendas voluntarias y también los primogénitos de sus ganados y rebaños. Allí comerán tú y tu familia, en la presencia del Señor, su Dios, y festejarán todas las empresas que el Señor, tu Dios haya bendecido. »Allí no deberán hacer ustedes lo que ahora hacemos aquí, donde cada uno hace lo que mejor le parece, porque todavía no han entrado en el lugar del descanso y en la herencia que el Señor, tu Dios te dará. Cuando crucen el Jordán, y habiten la tierra que el Señor, su Dios, va a repartirles en herencia, y ponga fin a las hostilidades con los enemigos que los rodean, y vivan tranquilos, llevarán al lugar que el Señor, su Dios, se elija para morada de su Nombre todo lo que les tengo ordenado: sus holocaustos, sacrificios, diezmos, ofrendas y lo mejor de sus votos que hayan hecho al Señor, y harán fiesta en presencia del Señor, su Dios, ustedes, sus hijos e hijas, sus siervos y siervas, y también el levita que vive en tu vecindad ya que él no ha recibido entre ustedes ninguna tierra en propiedad. »Ten cuidado. No ofrecerás sacrificios en cualquier santuario que veas, sino sólo en el lugar que el Señor se elija en una de tus tribus: allí ofrecerás tus holocaustos y allí harás lo que te tengo ordenado.
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