Genesis 22, 1-19


Sacrificio de Isaac
Heb 11,17-19

Después de estos sucesos, Dios puso a prueba a Abrahán, diciéndole:
–¡Abrahán!
Respondió:
– Aquí me tienes. Dios le dijo:
– Toma a tu hijo único, a tu querido Isaac, vete al país de Moria y ofrécemelo allí en sacrificio en uno de los montes que yo te indicaré. Abrahán madrugó, ensilló el asno y se llevó a dos criados y a su hijo Isaac; cortó leña para el sacrificio y se encaminó al lugar que le había indicado Dios. Al tercer día, levantó Abrahán los ojos y divisó el sitio a lo lejos. Abrahán dijo a sus criados:
– Quédense aquí con el asno; yo y el muchacho iremos hasta allá para adorar a Dios, y después volveremos con ustedes. Abrahán tomó la leña para el holocausto, se la cargó a su hijo Isaac y él llevaba el fuego y el cuchillo. Los dos caminaban juntos. Isaac dijo a Abrahán, su padre:
– Padre.
Él respondió:
– Aquí estoy, hijo mío.
El muchacho dijo:
– Tenemos fuego y leña, pero, ¿dónde está el cordero para el holocausto? Abrahán le contestó:
– Dios proveerá el cordero para el holocausto, hijo mío.
Y siguieron caminando juntos. Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, Abrahán levantó allí un altar y apiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña. Entonces Abrahán tomó el cuchillo para degollar a su hijo; pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo:
–¡Abrahán, Abrahán!
Él contestó:
– Aquí estoy. Dios le ordenó:
– No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ya he comprobado que respetas a Dios, porque no me has negado a tu hijo, tu único hijo. Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en los matorrales. Abrahán se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo. Abrahán llamó a aquel sitio: El Señor provee; por eso se dice aún hoy: el monte donde el Señor provee. Desde el cielo, el ángel del Señor volvió a gritar a Abrahán: – Juro por mí mismo – oráculo del Señor– : Por haber obrado así, por no haberte reservado tu hijo, tu hijo único, te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las ciudades de sus enemigos. Todos los pueblos del mundo se bendecirán nombrando a tu descendencia, porque me has obedecido. Abrahán volvió a sus criados, y juntos se pusieron en camino hacia Berseba. Abrahán se quedó a vivir en Berseba.
Allegados a Abrahán
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