Isaías 13, 1-22


ORÁCULOS CONTRA LAS NACIONES
21; Jr 50s
Contra Babilonia

Oráculo contra Babilonia que Isaías hijo de Amós recibió en una visión. Sobre un monte pelado
levanten la bandera,
grítenles con fuerza
agitando la mano,
para que entren
por las puertas de los príncipes. Yo he dado órdenes
a mis consagrados,
he reclutado a mis guerreros,
entusiastas de mi honor,
para ejecutar mi ira. Escuchen: tumulto en los montes,
como de un gran ejército,
escuchen: estruendo de reinos,
de naciones aliadas;
el Señor Todopoderoso
revisa su ejército para el combate. Van llegando de tierra lejana,
del confín del cielo:
el Señor con las armas de su ira,
para arrasar la tierra entera. Den alaridos, que está cerca
el día del Señor
y llegará como azote
del Todopoderoso; por eso los brazos desfallecerán
y se desmayarán
los corazones humanos; espasmos y angustias
los agarrarán, se turbarán
y se retorcerán como parturientas.
Se mirarán espantados unos a otros:
rostros febriles, sus rostros. Miren, llega implacable
el día del Señor,
su cólera y el estallido de su ira,
para dejar la tierra desolada
exterminando de ella
a los pecadores. Las estrellas del cielo
y las constelaciones
no destellan su luz,
se entenebrece el sol al salir,
la luna no irradia su luz. Tomaré cuentas
al mundo de su maldad,
a los perversos de sus crímenes;
terminaré con la soberbia
de los insolentes
y el orgullo de los tiranos
lo humillaré. Haré que los hombres
escaseen más que el oro,
y los mortales,
más que el metal de Ofir. Porque sacudiré el cielo
y temblará la tierra en su asiento
por la cólera
del Señor Todopoderoso,
el día que estalle su ira. Entonces, como cierva acosada
o como rebaño que nadie congrega,
volverán unos a su pueblo,
huirán otros a su tierra; el que es atrapado,
muere atravesado,
el que es capturado cae a espada; sus niños son estrellados
ante sus ojos,
sus casas saqueadas,
sus mujeres violadas. Miren: yo incito contra ellos
a los medos,
que no aprecian la plata
ni les importa el oro; sus arcos acribillan a los jóvenes,
no perdonan a los niños,
no se apiadan de las criaturas. Quedará Babilonia,
la perla de los reinos,
joya y orgullo de los caldeos,
como Sodoma y Gomorra
cuando Dios las arrasó; jamás la habitarán,
nunca más será poblada;
el beduino no acampará allí
ni los pastores
apacentarán sus rebaños; allí se apacentarán las fieras,
sus casas se llenarán de búhos,
morarán allí avestruces
y brincarán chivos allí; aullarán hienas en sus mansiones
y chacales en sus lujosos palacios.
Está a punto de llegar su hora,
no serán prolongados sus días.
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