Marcos 11, 12-14

Al ver de lejos una higuera frondosa, se acercó para ver si encontraba algo; pero no encontró más que hojas, pues no era la estación de higos. Entonces le dijo:
– Nunca jamás nadie coma frutos tuyos.
Los discípulos lo estaban oyendo.

Purifica el Templo
Mt 21,12-17; Lc 19,45-48; cfr. Jn 2,13-16

Llegaron a Jerusalén y, entrando en el templo, se puso a echar a los que vendían y compraban en el templo, volcó las mesas de los cambistas y las sillas de los que vendían palomas,
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