Mateo 10, 1-15


Los doce apóstoles
Mc 3,13-15; 6,7; Lc 9,1

Y llamando a sus doce discípulos, les dio poder sobre los espíritus inmundos, para expulsarlos y para sanar toda clase de enfermedades y dolencias.

Mc 3,16-19; Lc 6,12-16; cfr. Hch 1,13

Éstos son los nombres de los doce apóstoles: primero Simón, de sobrenombre Pedro, y Andrés su hermano; Santiago de Zebedeo y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el recaudador de impuestos; Santiago de Alfeo y Tadeo; Simón el cananeo y Judas Iscariote, el que también le traicionó.

Misión de los doce apóstoles

A estos doce los envió Jesús con las siguientes instrucciones:
– No se dirijan a países de paganos, no entren en ciudades de samaritanos; vayan más bien a las ovejas descarriadas de la Casa de Israel.

Mc 6,8-13; Lc 9,2-6; 10,4-12

Y de camino proclamen que el reino de los cielos está cerca. Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien a los leprosos, expulsen a los demonios. Gratuitamente han recibido, gratuitamente deben dar. No lleven en el cinturón oro ni plata ni cobre, ni provisiones para el camino ni dos túnicas ni sandalias ni bastón. Que el trabajador tiene derecho a su sustento. Cuando entren en una ciudad o pueblo, pregunten por alguna persona respetable y quédense en su casa hasta que se vayan. Al entrar en la casa, salúdenla invocando la paz; si la casa lo merece, entrará en ella la paz; si no la merece, esa paz retornará a ustedes. Si alguien no los recibe ni escucha el mensaje de ustedes, al salir de aquella casa o ciudad, sacúdanse el polvo de los pies. Les aseguro que el día del juicio Sodoma y Gomorra serán tratadas con menos rigor que aquella ciudad.
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