I Corintios 2, 13-15

Este es también nuestro lenguaje, que no consiste en palabras enseñadas por la humana sabiduría, sino en palabras enseñadas por el Espíritu, expresando las cosas del Espíritu con lenguaje espiritual. El hombre psíquico no capta las cosas del Espíritu de Dios, porque son para él necedad, y no puede conocerlas, porque sólo pueden ser examinadas con criterios del Espíritu. Por el contrario, el hombre espiritual puede examinar todas las cosas, pero él no puede ser examinado por nadie.
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