I Pedro 5, 1-5

Así pues, a los ancianos que están entre vosotros, exhorto yo, anciano como ellos, con ellos testigo de los padecimientos de Cristo y con ellos participante de la gloria que se ha de revelar: Apacentad el rebaño de Dios que está entre vosotros vigilando, no obligados por la fuerza, sino de buen grado, según Dios;.y no por sórdida ganancia, sino con generosidad; no como poseedores de un lote, sino siendo modelos para el rebaño. y cuando se manifieste el mayoral de los pastores conseguiréis la gloriosa corona de amaranto. Revestíos todos de humildad en servicio mutuo, porque «Dios resiste a los soberbios y da su gracia a los humildes».
Ver contexto