II Corintios 1, 2-4

Gracia y paz a vosotros de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo. ¡Bendito sea Dios Padre de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de las misericordias y Dios de todo consuelo! Él nos consuela en toda tribulación hasta el punto de que, mediante esa consolación con la que a nosotros mismos nos consuela Dios, podamos consolar a los que están en toda clase de tribulación.
Ver contexto