Colosenses 1, 20-22

Y a vosotros, que erais antes extraños y estabais animados de disposiciones hostiles en vuestras malas obras, ahora ya os ha reconciliado por su cuerpo de carne mediante la muerte, para presentaros santos, sin tacha e irreprochables ante él, si es que permanecéis bien cimentados y firmes en la fe, y sin dejaros apartar de la esperanza del Evangelio que oísteis, el cual ha sido proclamado a toda criatura bajo el cielo, y del cual yo, Pablo, fui constituido servidor.
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