Colosenses 4, 7-14

De todo lo referente a mí os informarán Tíquico, el querido hermano y servidor fiel y consiervo en el Señor. Os lo envío para eso mismo, para que sepáis nuestros asuntos y para que conforte nuestros corazones. Juntamente os envío con él a Onésimo, el fiel y querido hermano, que es uno de vosotros. Ellos os pondrán al corriente de todo lo que pasa por aquí. Os saluda Aristarco, mi compañero de prisión, y Marcos, el primo de Bernabé, sobre el cual habéis recibido instrucciones; así, que, si va por ahí, acogedlo, y Jesús, que también se llama Justo. Éstos son los únicos de la circuncisión que han trabajado conmigo por el reino de Dios, constituyendo para mí un verdadero consuelo. Os saluda Épafras, vuestro paisano, siervo de Cristo Jesús, que siempre está luchando por vosotros en las oraciones, para que permanezcáis perfectos y cabales en toda voluntad de Dios. Pues yo declaro en su favor que se toma mucho trabajo por vosotros y por los de Laodicea y los de Hierápolis. Os saludan Lucas, el médico querido, y Demas.
Ver contexto