Isaías 6, 1-4

El año de la muerte del rey Ozías, vi al Señor sentado en un trono alto y elevado, y las orlas de su vestido llenaban el templo. Por encima de él estaban de pie unos serafines, con seis alas cada uno: con dos se cubrían el rostro, con dos se cubrían hasta los pies y con dos volaban. Uno a otro se gritaban diciendo: ¡Santo, Santo, Santo es Yahvéh Sebaot; toda la tierra está llena de su gloria! Los quicios de los umbrales retemblaban a la voz del que gritaba y el templo se llenó de humo.
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