Genesis 1, 8-10

Al firmamento llamó Dios cielo. Y hubo tarde y mañana: día segundo. Dijo Dios: Reúnanse en un lugar las aguas de debajo de los cielos y aparezca lo seco. Y así fue. A lo seco llamó Dios tierra, y a la reunión de las aguas llamó mar. Y vio Dios que estaba bien.
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