Marcos 7, 1-5

Se reúnen en torno a él los fariseos y algunos de los escribas llegados de Jerusalén. Y al ver que algunos de sus discípulos se ponían a comer con manos impuras, esto es, sin lavárselas -pues los fariseos y los judíos en general, no comen sin lavarse antes las manos con un puñado de agua, por guardar fielmente la tradición de los antepasados, y al volver de la plaza no se ponen a comer sin antes sumergir sus manos en el agua, y hay otras muchas prácticas que aprendieron a guardar por tradición, como lavar los vasos, las jarras y la vajilla de metal-, le preguntan, pues, los fariseos y los escribas: «¿Por qué tus discípulos no siguen la tradición de los antepasados, sino que se ponen a comer con manos impuras?»
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