Mateo 20, 2-13

Y habiendo convenido con ellos a denario la jornada, los envió a su viña. Salió luego hacia la hora tercia y, al ver a otros que estaban en la plaza desocupados, les dijo igualmente: Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo. Y ellos fueron. Nuevamente salió hacia la hora sexta y a la nona, e hizo exactamente igual. Salió aún hacia la hora undécima y encontró a otros que estaban allí, y les pregunta: ¿Cómo estáis aquí todo el día sin trabajar? Ellos le responden: Es que nadie nos ha contratado. El les dice: Id también vosotros a la viña. Al atardecer, dice el señor de la viña a su administrador: Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando por los últimos y acabando por los primeros. Llegaron, pues, los de la hora undécima y recibieron cada uno un denario. Cuando llegaron los primeros, pensaron que recibirían más; pero también ellos recibieron cada uno un denario. Después de haberlo recibido, protestaban contra el propietario, diciendo: Estos últimos trabajaron una sola hora, y los has igualado a nosotros, que hemos aguantado el peso de la jornada y el calor. Él le contestó a uno de ellos: Amigo, yo no te hago ninguna injusticia. ¿Acaso no conviniste conmigo en un denario?
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