Romanos  1, 18-23

Porque se revela la ira de Dios desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de unos hombres que injustamente retienen cautiva la verdad. Puesto que lo que puede conocerse de Dios está manifiesto entre ellos, ya que Dios se lo manifestó. En efecto, desde la creación del mundo, lo invisible de Dios, tanto su eterno poder como su divinidad, se hacen claramente visibles, entendidas a través de sus obras; de suerte que ellos no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le dieron gloria como a tal Dios ni le mostraron gratitud; antes se extraviaron en sus varios razonamientos, y su insensato corazón quedó en tinieblas. Alardeando de ser sabios, cayeron en la necedad, pues cambiaron la gloria del Dios incorruptible por la representación de una figura de hombre corruptible, de aves, cuadrúpedos y reptiles.
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