Hechos 26, 9-11

Yo, ciertamente, pensaba en mi interior que era mi deber hacer muchas maldades contra el nombre de JESÚS de Nazaret; lo cual, en efecto, hice en Jerusalén, pues luego de recibir autorización de parte de los principales sacerdotes, no sólo encerré yo en cárceles a muchos de los santos, sino que cuando eran condenados a muerte, deposité una piedrecita ° contra ellos. Y muchas veces, castigándolos por todas las sinagogas, los forzaba a blasfemar, y enloquecido de furia contra ellos, los perseguía aun hasta en las ciudades extranjeras °.
Ver contexto