Genesis 23, 12-19

Abrahán hizo una inclinación ante la gente del país y habló a Efrón de forma que lo oyese la gente del país: «Escúchame tú, por favor: yo te doy el precio del campo, acéptalo y enterraré allí a mi difunta». Efrón contestó a Abrahán: «Señor mío, escucha: el terreno vale unas cuatrocientas monedas de plata. ¿Qué es eso entre nosotros dos? Entierra, pues, a tu difunta». Abrahán accedió a la petición de Efrón. Abrahán pesó para Efrón la plata de que este había hablado en presencia de los hititas: unas cuatrocientas monedas de plata de curso entre mercaderes. Y así el campo de Efrón en Macpela, frente a Mambré, el campo con la cueva y todos los árboles dentro de sus linderos, pasó a ser propiedad de Abrahán, en presencia de los hititas y de cuantos entraban por la puerta de la ciudad. Después Abrahán enterró a Sara, su mujer, en la cueva del campo de Macpela, frente a Mambré, o sea Hebrón, en la tierra de Canaán.
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