Deuteronomio  28, 1-14

° Si escuchas de verdad la voz del Señor, tu Dios, observando y cumpliendo todos los preceptos que yo te mando hoy, el Señor, tu Dios, te elevará por encima de todas las naciones de la tierra, y vendrán sobre ti y te alcanzarán, por haber escuchado la voz del Señor, tu Dios, todas estas bendiciones: Bendito serás en la ciudad y bendito serás en el campo. Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu suelo y el fruto de tu ganado, el parto de tus vacas y las crías de tu rebaño. Bendita tu cesta y tu artesa. Bendito serás cuando entres y bendito serás cuando salgas. El Señor te entregará derrotados a los enemigos que se alcen contra ti: vendrán contra ti por un camino y por siete caminos huirán ante ti. El Señor mandará la bendición sobre ti, en tus graneros y en tus empresas, y te bendecirá en la tierra que el Señor, tu Dios, te da. El Señor te constituirá su pueblo santo, como te ha jurado, si observas los preceptos del Señor, tu Dios, y sigues sus caminos. Y todos los pueblos de la tierra verán que el nombre del Señor es invocado sobre ti y te temerán. El Señor te colmará de bienes con el fruto de tu vientre, con el fruto de tu ganado y con el fruto de tu suelo, en la tierra que el Señor juró a tus padres que te daría. El Señor te abrirá su rico tesoro, el cielo, dando a su tiempo la lluvia de la tierra y bendiciendo todas tus tareas. Prestarás a muchas naciones y tú no pedirás prestado. El Señor te pondrá a la cabeza y no a la cola, estarás siempre encima y nunca estarás debajo, si escuchas los preceptos del Señor, tu Dios, que yo te mando hoy observar y cumplir, y no te apartas a derecha ni a izquierda de todas las palabras que yo os mando hoy, yendo en pos de otros dioses para servirlos.
Ver contexto