Josué 6, 25

Pero josué respetó la vida a Rajab, la prostituta, así como a la casa de su padre y a todos los suyos. Ella se quedó viviendo en medio de Israel hasta el día de hoy, por haber escondido a los espías que envió josué a explorar Jericó. En aquella ocasión josué pronunció este juramento:
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