Romanos  3, 9-18

Entonces, ¿qué? ¿Tenemos alguna ventaja? No del todo. Ya que hemos dejado bien sentado que tanto judíos como griegos, todos están bajo el pecado, según está escrito que: No hay nadie justo, ni uno solo; no hay nadie sensato; no hay nadie que busque a Dios. Todos se extraviaron, a una se han pervertido; no hay nadie que haga el bien; no hay ni siquiera uno. Una tumba abierta es su garganta, con sus lenguas urden engaños; veneno de áspides bajo sus labios; su lengua rebosa malicia y amargura, sus pies son veloces para derramar sangre; ruina y destrucción en sus caminos. Y no conocen el camino de la paz. No hay temor de Dios ante sus ojos.
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