I Timoteo 6, 1-2

Que los esclavos consideren a sus dueños dignos de todo respeto, para que el nombre de Dios y su doctrina no sean objeto de blasfemia. Y si sus dueños son creyentes, que no los respeten menos por el hecho de ser hermanos. Al contrario, que pongan mayor empeño en servirlos, porque así benefician a hermanos queridos en la fe. Enseña todo esto, e insiste en ello.
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