Ezequiel  3, 16-21

Al cabo de siete días, la palabra del Señor me llegó en estos términos: Hijo de hombre, yo te he puesto como centinela del pueblo de Israel. Cuando escuches una palabra de mi boca, tú les advertirás de parte mía. Cuando yo diga al malvado: "Vas a morir", si tú no se lo adviertes, si no hablas para advertir al malvado que abandone su mala conducta, y de esa manera salve su vida, el malvado morirá por su culpa, pero a ti te pediré cuenta de su sangre. Si tú, en cambio, adviertes al malvado y él no se convierte de su maldad y de su mala conducta, él morirá por su culpa, pero tú habrás salvado tu vida. Y cuando el justo se aparte de su justicia para hacer el mal, yo lo haré tropezar, y él morirá porque tú no se lo has advertido: morirá por su propio pecado y no le serán tenidas en cuenta sus obras de justicia, pero a ti te pediré cuenta de su sangre. Si tú, en cambio, adviertes al justo para que no peque y el justo no peca, él vivirá porque ha sido advertido, y tú habrás salvado tu vida.
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