Hebreos 10, 29-31

Piensen, entonces, qué castigo merecerá el que pisoteó al Hijo de Dios, el que profanó la sangre de la Alianza con la cual fue santificado y ultrajó al Espíritu de la gracia. Porque nosotros conocemos a aquel que ha dicho: La venganza me pertenece y yo daré la retribución. Y además: El Señor juzgará a su pueblo. ¡Verdaderamente es algo terrible caer en las manos del Dios viviente!
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