Jeremías  39, 4-7

Al ver esto, Sedecías, rey de Judá, y todos los hombres de guerra huyeron de la ciudad, saliendo de noche por el camino del jardín del rey, por la puerta entre las dos murallas, y tomaron el camino de la Arabá. Las tropas de los caldeos los persiguieron, y alcanzaron a Sedecías en las estepas de Jericó. Lo apresaron y lo hicieron subir a Riblá, en el país de Jamat, ante Nabucodonosor, rey de Babilonia, y este dictó sentencia contra él. El rey de Babilonia hizo degollar en Riblá a los hijos de Sedecías ante sus propios ojos, y también a todos los nobles de Judá. A Sedecías le sacó los ojos y lo ató con una doble cadena de bronce, para llevarlo a Babilonia.
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