Salmos 48, 2-4

El Señor es grande y digno de alabanza, en la Ciudad de nuestro Dios. Su Santa Montaña, la altura más hermosa, es la alegría de toda la tierra. La Montaña de Sión, la Morada de Dios, es la Ciudad del gran Rey: Dios se manifestó como un baluarte en medio de sus palacios.
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