I Macabeos 14, 18-25

le escribieron la renovación de la amistad y la alianza antes hecha con Judas y Jonatán, sus hermanos, en placas de bronce, que fueron leídas en Jerusalén en la asamblea del pueblo. He aquí la copia de las letras enviadas por los espartanos: “Los príncipes y la ciudad de Esparta, a Simón, sumo sacerdote, y a los ancianos, y a los sacerdotes, y a todo el pueblo de los judíos, sus hermanos, salud. Los mensajeros que habéis mandado a nuestro pueblo nos han dado noticias de vuestra gloria y honor, y de ello nos alegramos sobremanera. Hemos registrado en las deliberaciones del pueblo lo siguiente: Numenio, hijo de Antíoco, y Antípatro, hijo de Jasón, legados de los judíos, han llegado a nosotros para renovar la antigua amistad. El pueblo resolvió recibir honrosamente a los mensajeros y depositar una copia de su discurso entre los documentos públicos para que el pueblo espartano guarde memoria de ello. Y hemos enviado una copia de esto a Simón, sumo sacerdote.” Después de estos sucesos envió Simón a Numenio a Roma, para renovar la alianza con los romanos, mandando por él, como presente, un escudo de oro de mil minas de peso. Cuando el pueblo oyó tales cosas, se dijeron: “¿Qué gracias podemos dar a Simón y a sus hijos?
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