I Reyes 1, 15-22

Betsabé fue a la cámara del rey. Estaba ya muy viejo y le servía Abisag, la sunamita. Inclinóse y prosternóse ante el rey, que le preguntó: “¿Qué quieres?” Ella le respondió: “¡Oh señor! Tú has jurado a tu sierva por Yahvé, diciendo: “Salomón, tu hijo, reinará después de mí; él se sentará sobre mi trono;" y he aquí que Adonías se ha hecho rey sin que tú, mi señor, el rey, sepas nada. Ha inmolado bueyes, becerros cebados y ovejas en gran número, y ha invitado a todos los hijos del rey, a Abiatar, sacerdote; a Joab, jefe del ejército; pero no ha invitado a Salomón, tu siervo." En tanto, los ojos de todo Israel están puestos en ti, ¡oh rey! mi señor, esperando que tú declares quién es el que se ha de sentar sobre el trono del rey mi señor después de él;" pues de lo contrario, cuando el rey mi señor se duerma con sus padres, mi hijo Salomón y yo seremos detenidos por culpables.” Mientras todavía esta ba ella hablando con el rey, llegó Natán, profeta.
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