I Reyes 9, 15-24

He aquí cómo se reguló el servicio personal impuesto por el rey Salomón a los hombres cuya leva hizo para edificar la casa de Yahvé y su propia casa, el terraplén y las murallas de Jerusalén, y, además, Jasor, Megiddo y Guezer. Había subido el Faraón, rey de Egipto, y, apoderándose de Guezer, la había incendiado, matando a los cananeos que habitaban la ciudad. Después se la dio en dote a su hija, la mujer de Salomón;" y Salomón edificó a Guezer, Bet-Horón de abajo, Balaat y Tamar, en el desierto del mediodía;" todas las ciudades de almacenes, que le pertenecían, y las destinadas a los carros y a la caballería, y todo cuanto quiso Salomón edificar en Jerusalén, en el Líbano y en toda la tierra de su dominio, Toda la gente que había quedado de los amorreos, de los jéteos, de los fereceos, de los jeveos y de los jebuseos, que no pertenecían al pueblo de Israel;" sus descendientes que habían quedado después de ellos en la tierra, y que los hijos de Israel no habían podido dar al anatema, los obligó Salomón a prestación personal como lo están hoy;" no empleó Salomón corno tales a los hijos de Israel, que eran sus hombres de guerra, sus servidores, sus jefes, sus oficiales y los comandantes de sus carros y su caballería. Los jefes que Salomón puso al frente de las obras eran quinientos cincuenta, encargados de vigilar a los trabajadores. La hija de Faraón subió de la ciudad de David a la casa que Salomón le había edificado. Entonces fue cuando se hizo el terraplén.
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