Deuteronomio  2, 6-28

Compraréis de ellos a precio de plata los alimentos que comáis y aun el agua que bebáis;" porque Yahvé, tu Dios, te ha bendecido en todo el trabajo de tus manos y te ha provisto en tu viaje por este vasto desierto, y ya desde cuarenta años ha estado contigo Yahvé, sin que nada te haya faltado.” Pasamos, pues, flanqueando a nuestros hermanos los hijos de Esaú, que habitan en Seír, camino del Araba a Elat y a Asiongaber, y, dando vuelta, avanzamos por el camino del desierto de Moab. Entonces me dijo Yahvé: “No hostiguéis a los moabitas y no trabéis lucha con ellos, pues no he de darte nada de su tierra en posesión; he dado a los hijos de Lot Ar en posesión." Antes habitaban allí los emitas, pueblo grande, numeroso, de alta talla, como los enaquitas;" también ellos, como los enaquitas, pasaban por re-faítas, pero los moabitas les daban el nombre de emitas. Por lo contrario, en Seír habitaban antes los jorritas; pero los hijos de Esaú los desposeyeron, y, exterminándolos, se establecieron en su tierra, como lo hace Israel en la tierra de su posesión que le dará Yahvé." Ahora, pues, levantaos y atravesad el Zared.” Y atravesamos el torrente Zared. El tiempo que duraron nuestras marchas desde Cades-barne al torrente Zared fue de treinta y ocho años, hasta que hubo desaparecido toda la generación de hombres de guerra de en medio del campamento, como Yahvé se lo había jurado. La mano de Yahvé pesó sobre ellos en el campamento hasta hacerlos desaparecer a todos. Cuando la muerte hubo hecho desaparecer de en medio del pueblo a todos aquellos hombres de guerra, me habló Yahvé, diciendo: “Hoy vas a pasar la frontera de Moab, el Ar, y vas a acercarte a los hijos de Amón, pero sin pasar sus confines. No los ataques y no les hagas la guerra, porque yo no he de darte en posesión nada de la tierra de los hijos de Amón. Se la he dado toda en posesión a los hijos de Lot.” También era tenida esta tierra por país de los re-faítas; habitaron antes allí los refaítas, que los amonitas llamaban zumzumitas;" pueblo grande, numeroso, de alta talla, como los enaquitas. Yahvé los destruyó ante los amonitas, que los expulsaron y se establecieron en su tierra. Lo mismo hizo Yahvé por los hijos de Esaú, que habitaban en Seír, destruyendo ante ellos a los jórreos; los expulsaron y se establecieron en su lugar hasta el día de hoy." Los heveos, que habitaban en cortijos hasta Gaza, fueron destruidos por los caftorim, que, salidos de Caftor, se establecieron en su lugar.” “Levantaos, pasad el torrente del Amón; yo entrego en tus manos a Seón, rey de Hesebón, amorreo, con su tierra; comienza la conquista, hazle la guerra.” Aquel día comenzó a extenderse el terror y el miedo a ti entre los pueblos que hay bajo el cielo; al oír hablar de ti temblarán y se dolerán." Entonces desde el desierto de Quedemot mandé embajadores a Seón, rey de Hesebón, que le dijeran en términos amistosos: “Déjame atravesar tu territorio; seguiré siempre el camino, sin apartarme ni a la derecha ni a la izquierda;" me venderás por dinero los víveres que coma y por dinero me darás el agua que beba; déjame sólo atravesar a pie,"
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