Deuteronomio  3, 2-15

Yahvé me dijo: “No le temas; le he entregado en tus manos a él, a todo su pueblo y su territorio; trátalo como trataste a Seón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesebón.” Yahvé, nuestro Dios, entregó también en nuestras manos a Og, rey de Basan, con todo su pueblo, y los derrotamos hasta destruirlos, devastando todas sus ciudades, sin quedar lugar de habitación que nos escapara; sesenta ciudades, toda la región de Argob, el reino de Og, en Basan." Todas estas ciudades, que estaban amuralladas con muy altos muros, con puertas y cerrojos, sin contar las ciudades abiertas, que eran en gran número, las dimos al anatema, como habíamos hecho con Seón, rey de Hesebón, dando al anatema ciudades, hombres, mujeres y niños, pero conservamos para nosotros todo el ganado y el botín de las ciudades. Tomamos, pues, entonces a los dos reyes de los amorreos toda la tierra del lado de allá del Jordán, desde el torrente del Amón hasta el monte Hermón. Los sidonios al Hermón le llaman Siryon, y los amorreos Sanir. Todas las ciudades del llano, todo Galaad y todo Basan, hasta Selja y Edrai, capitales del reino de Og, en Basan, pues Og, rey de Basan, era el único que de la raza de los refaím quedaba; su lecho, lecho de hierro, se ve en Rabat, de los hijos de Amón, largo de nueve codos, y de cuatro codos ancho, codos humanos.” “Tornamos posesión de la tierra, que di a los rubenitas y a los gaditas, a partir de Aroer, en el valle del Amón, así como de la mitad de la montaña de Galaad con sus ciudades. Di a la mitad de la tribu de Manasés el resto de Galaad y toda la parte de Basan, que pertenecía al reino de Og; toda la región de Argob, todo el Basan, todo lo que hoy se llama tierra de Refaím." Jair, hijo de Manasés, obtuvo toda la región de Argob hasta la frontera de los gesuritas y de los maakatitas, y dio su nombre a los burgos de Basan, llamados hasta hoy Jawot-Yair. A Makir le di Galaad;"
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