Ezequiel  28, 12-14

Hijo de hombre, canta una elegía al príncipe de Tiro y dile: Así habla el Señor, Yahvé: Eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría y acabado en belleza. Habitabas en el Edén, en el jardín de Dios, vestido de todas las preciosidades:” el rubí, el topacio, el diamente, el crisólito, el ónice, el berilo, el zafiro, el carbunclo, la esmeralda y el oro te cubrían; llenaste tus tesoros y tus almacenes. El día en que fuiste creado," te pusiste junto al querube, colocado en el monte santo de Dios, y andabas en medio de piedras de fuego.
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