Ezequiel  43, 2-5

y vi la gloria del Dios de Israel venir del oriente. Se oía un estrépito como el estrépito de caudalosas aguas, y la tierra resplandecía del resplandor de la gloria. El aspecto de lo que veía era como lo que vi cuando vino Yahvé a destruir la ciudad, y en todos los aspectos como los de la visión que vi cerca del río Kebar. Caí rostro a tierra, mientras la gloria de Yahvé penetró en la casa por la puerta de la fachada que da al oriente. El espíritu me levantó y me llevó al atrio exterior, y vi la gloria de Yahvé llenar la casa,
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